Los lechos están constituidos por un volumen confinado de arena, con una alimentación distribuida de liquido y una salida del fluido purificado.
Esa arena será el soporte físico de las bacterias aeróbicas que se encargaran de la digestión de residuos y de la purificación del efluente.
Se trata de reproducir con eficiencia la función de un humedal, de forma artificial.
Los parámetros de purificación son bastante altos como para dar completo cumplimiento a las leyes ambientales actuales.